Análisis

Koldo no necesitó presionar al PSOE ni al PP de Baleares

Director general del Servicio de Salud, Javier Ureña

Director general del Servicio de Salud, Javier Ureña

Matías Vallés

Matías Vallés

En un asombroso ejercicio de simetría, el PSOE y el PP de Balears están inmersos en paralelo en la trama de corrupción de Koldo, los socialistas por activa y los populares por pasiva. Este encubrimiento a dos voces de las mascarillas fraudulentas era tan asombroso que durante una semana no se logró descifrar el auto de la Audiencia Nacional que no solo denunciaba la participación del Govern Armengolen el pago de cuatro millones de euros por mascarillas fraudulentas, sino sobre todo el perdón de dicha cifra por el Govern Prohens. Era una bicefalia tan prodigiosa que se atribuía a un error.

Y no, ayer compareció sede parlamentaria el chivo expiatorio designado por el PP para cargar con la cruz de su perdón culpable a Koldo. No se debe definir a Javier Ureña como director general del IB-Salut, sino como el primer político mallorquín que escribe su testamento por duplicado nada más llegar al cargo. Sus resoluciones unipersonales sobre un desistimiento inexplicable y una reclamación sin sentido pasarán a la historia de la autoinmolación.

Sostiene Ureña que Koldo y amigos no presionaron. En efecto, nunca lo necesitaron para lograr su santa voluntad, tanto con el PSOE como con el PP de Balears. Con una diferencia que debe producirle escalofríos al no presionado o impresionado, las grabaciones de las conversaciones de la presunta organización criminal.

La sorpresa no consiste en que el PP se sumara entusiasta según el juez a la banda de Koldo, el ya célebre «ha surtido efecto», sino en que se solidarice con el PSOE compartiendo sus culpas exclusivas. La trama campó a sus anchas, y las «confabulaciones malintencionadas» que advierte Ureña abarcan en una enumeración provisional a la Guardia Civil, la fiscalía Anticorrupción y la Audiencia Nacional. Ahí es nada.

La única conjura perversa de las mascarillas nunca utilizadas es la llevada a cabo por el PP local contra Ureña, que no provoca la indignación por mentir sino la compasión de quien no advierte la fosa donde lo han arrojado sus teóricos correligionarios. Mucho tienen que haberle prometido para beber este cáliz, y ademas no lo cumplirán.

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